Constituye la principal base de todos los demás masajes. Éste tiene la finalidad de actuar sobre el aparato locomotor la piel y los tejidos conjuntivos y es particularmente eficaz a la hora de curar enfermedades del aparato circulatorio, dolores musculares, de las articulaciones, del reuma entre otros. Además de actuar sobre los síntomas del estrés, el insomnio, etc... Es importante señalar que el masaje terapéutico no sólo actúa sobre la parte física del ser humano, sino también tiene una gran influencia sobre la psíquica.
Entre las lesiones o enfermedades que se pueden tratar con técnicas de masoterapia encontramos: contractura muscular, tendinopatía, radiculopatía, linfedema, esguince, rotura de fibras, fractura, espasmo, alteraciones psico-somáticas, atrapamientos miofasciales, algodistrofia simpático refleja, lesiones deportivas, etc.
Históricamente la acción de llevarse la mano y frotar o presionar con firmeza la zona dolorida es una reacción intuitiva que surge para aliviar el dolor y las tensiones. Esta acción se remonta a los tiempos más antiguos y hay que suponer que si en algún momento el hombre prehistórico tenía algún tipo de dolor o molestia (y es de lógica pensar que así fue), utilizaría un remedio parecido al que emplearíamos nosotros. Por ello se puede asegurar que el masaje forma parte de la cultura médica ancestral de todos los pueblos y que está presente en todas las tradiciones. etc.